El ministro de asuntos exteriores de la República de Zambia anunció el viernes pasado que su país decidió retirar su reconocimiento de la RASD. Un anunció sacado del congelador para volver a calentarlo y ofrecerlo a un consumidor marroquí muy goloso cuando el menú lleva ingredientes del Sáhara Occidental.
Efectivamente, Zambia ya hizo el mismo anuncio el 29 de marzo de 2011. Parece ser que en 2013 restableció las relaciones con la RASD.
Las noticias de este tipo tiene una importancia mínima y Marruecos las utiliza como hueso para acallar a la manada de perros que ladran para criticar su gestión del asunto saharaui.
La realidad es muy diferente de la imagen que los gobernantes marroquíes pretenden proyectar en espera de poder imponer el hecho consumado de su invasión de la antigua colonia española mediante sobornos, tramas y chantaje.
Según el derecho internacional, el reconocimiento de un Estado es « irrevocable ».
En efecto, el artículo 6 de la Convención sobre Derechos y Deberes de los Estados del 26 de Diciembre de 1933, más conocida como Convención de Montevideo, señala claramente que « el reconocimiento de un Estado meramente significa que el que lo reconoce acepta la personalidad del otro con todos los derechos y deberes determinados por el Derecho Internacional. El reconocimiento es incondicional e irrevocable ».
Además el artículo 3 de la misma Convención, estipula que « la existencia política del Estado es independiente de su reconocimiento por los demás Estados » y añade que « aún antes de reconocido el Estado tiene el derecho de defender su integridad e independencia, proveer a su conservación y prosperidad y, por consiguiente, de organizarse como mejor lo entendiere, legislar sobre sus intereses, administrar sus servicios y determinar la jurisdicción y competencia de sus tribunales. El ejercicio de estos derechos no tiene otros límites que el ejercicio de los derechos de otros Estados conforme al Derecho Internacional ».
Por consiguiente, el reconocimiento de la RASD por 84 países es irrevocable y el resto no es más que activismo que tiene como objetivo ocultar una severa derrota marroquí por la lucha del pueblo saharaui.
Enlaces para leer la Convención de Montevideo:
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