A pesar del saqueo de las riquezas naturales del Sáhara Occidental, el dinero ganado del tráfico de haschich y del turismo sexual, Marruecos sigue estando en la cola de los países del norte de África en desarrollo humano detrás de Argelia, Túnez y Libia.
Según el último ranking del Índice de Desarrollo Humano del 2014 publicado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Marruecos ha avanzado en dos escaño comparado con su clasificación del año pasado y ahora ocupa la posición número 129, detrás de la Argelia (93a), Túnez (90a) y Libia (55ª).
Una clasificación que no honora a Marruecos que hace alarde desde hace varias décadas de haber seguido la senda ganadora del capitalismo occidental, a diferencia de otros países del norte de África como Argelia y Libia que las autoridades marroquíes acusaban de haber seguido la vía perdedora del comunismo y del socialismo.
Marruecos sigue estando en la cola de los países magrebíes por el alto grado de corrupción y clientelismo impuesto por la monarquía para mantener la economía en manos de las empresas que pertenecen al rey, a pesar de las recetas de los fosfatos y la pesca en las costas del Sáhara Occidental.
A nivel mundial, Noruega mantuvo su primer puesto en el país en el más alto nivel de desarrollo humano en el mundo. Una posición posible gracias a los enormes ingresos del petróleo que el gobierno noruego gestiona de una manera muy rigurosa.
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