He leído varias veces la comparecencia del coronel Rodríguez de Viguri ante el Comisión de Exteriores del Congreso, del 13 de marzo del 78, desde que la descubrí hace varios años en la Red acceder. Y siempre me ha quedado la sensación de que había un dato importante al que no sabía dar la dimensión adecuada, que se me escapaba algo. Hoy he descubierto cuál era ese dato: el testimonio de las primeras torturas perpetradas por las Fuerzas Armadas marroquíes contra la población saharaui. Luego, lamentablemente, nos hemos acostumbrado a ver las fotos de esas atrocidades, pero ésta puede ser la primera detención ilegal, seguida de torturas, de la que tenemos constancia fidedigna.
El 2 de enero (de 1976) se presentó a nuestro Gobernador el Cabo Laarosi, de la Policia Auxiliar Saharaui, puesto en libertad a los dos días de detención clandestina, mostrando el cuerpo lleno de golpes y quemaduras en el bajo vientre, producidas por un dispositivo eléctrico. El Gobernador requiere la presencia del Jefe de las Fuerzas Reales Marroquíes, que viene acompañado del Secretario General de Marruecos. Dan toda clase de seguridades para que, en lo sucesivo, no pase lo mismo, pero la realidad es que los robos y los allanamientos de morada, incluso por parte de grupos uniformados, toma carta de naturaleza en El Aaiún.
Leyendo este relato espeluznante, he recordado unas palabras del activista Hmad Hammad -sobre hechos similares- de una entrevista que mantuvimos en Vitoria-Gazteiz: « Aquello era como las películas del Oeste. Campaban a sus anchas por las calles de El Aaiún, y podían disparar impunemente en cualquier momento ».
Fuente : Caminando en el Desierto, 10/1/2011
Fuente : Caminando en el Desierto, 10/1/2011
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