Una visita al Parlamento Europeo y Comisión Europea, a instancias de la representación en España de ambas instituciones, permitió a ‘El Faro’ durante esta semana recabar opiniones entre los europarlamentarios sobre las posibilidades de desarrollo de Melilla al pairo de la política euromediterránea y nueva política de vecindad europea.
Afortunadamente, la respuesta de representantes de grupos tan diversos como el popular, el socialista o Izquierda Unitaria resultó coincidente y positiva para los anhelos y expectativas de nuestra ciudad en el marco de las políticas europeas. Como señaló Luís Yañez, “la singularidad de la situación geográfica de Melilla, y su particularidad como ciudad española y por tanto europea en África, debe jugar a su favor y no en perjuicio de”.Melilla y EuropaEn el marco de una Europa aún pendiente de construcción y, por tanto, inmersa en el debate sobre su futuro como nuevo bloque internacional que aúne un mercado único pero también una carta de derechos sociales común a todos los ciudadanos europeos, nuestra pequeña ciudad no es ninguna desconocida ni tampoco un territorio a desdeñar en opinión de distintos europarlamentarios españoles que departieron con la delegación de periodistas andaluces y de Melilla y Ceuta que durante esta misma semana acudieron de visita al Parlamento Europeo y Comisión Europea.Como señaló el socialista Luís Yañez, “hay que partir de un principio que no por conocido debe dejar de repetirse, y es que Melilla tiene la singularidad positiva de ser un territorio de la Unión Europea que está en el continente africano y que como territorio europeo debe gozar de los beneficios, de los programas e iniciativas de la Unión Europea a plenitud”.Para Yañez, no debe resultar de recibo que las pegas que Marruecos impone a nuestra soberanía española obren en perjuicio de nuestra ciudad a la hora de desarrollar proyectos europeos que permitan el beneficio mutuo a ambos lados de nuestra frontera.”Ningún país tercero –comentó rotundo el eurodiputado- puede poner cortapisas ni inconvenientes y creo que Marruecos tampoco debería hacerlo; mientras mejor le vaya a Melilla, mientras más se desarrolle y más programas europeos haya para Melilla, mejor será también para Marruecos. Marruecos también se beneficia de ayudas europeas y no tiene por qué poner cortapisas a las que reciba Melilla”.Según el europarlamentario, “hay muchos instrumentos y muchos capítulos de los que Melilla puede beneficiarse en el marco de la Unión Europea. Tiene la singularidad de su situación geográfica y su particularidad de ciudad española y por tanto europea en África, y esto es algo que debe jugar a su favor y no en perjuicio de”.Política de vecindadEn un sentido similar se expresó también el eurodiputado del PP, Gerardo Galeote, quien considera que “por razones geoestratégicas y también culturales, Melilla debería constituirse en un punto esencial dentro de la política de vecindad entre las dos orillas del Mediterráneo”. En opinión de Galeote, “hace bien el Gobierno de la Ciudad en presionar ante el Gobierno de España que, en definitiva, es nuestro interlocutor, para que Melilla se tenga en cuenta y por lo tanto pueda desarrollar programas en el marco que ofrece la Unión Europea”.Para conseguirlo, Galeote no cree que lo más útil sea crear una oficina de Melilla en el Parlamento Europeo, como de hecho ya la tienen todas las comunidades autónomas de España y varios municipios españoles incluso, caso por ejemplo de La Línea de la Concepción. Desde su perspectiva, “la responsabilidad de representar cualquier territorio español ante las instituciones comunitarias corresponde al Gobierno de España, por tanto sí hay desatención por parte del Gobierno de España poco puede hacer el Gobierno local o regional”.En cualquier caso, Galeote no duda que “Melilla, por sus circunstancias especiales, debería captar una atención preferente en los asuntos comunitarios, porque muchos de ellos, a pesar de su dimensión geográfica, le afectan de manera muy directa”.Además, para el europarlamentario popular, nuestra ciudad es también “un símbolo de lo que en el año que acaba de concluir se ha enfatizado o celebrado de alguna manera en el Parlamento Europeo: El diálogo entre las distintas civilizaciones”.Papel importanteEl único representante español de Izquierda Unida en el PE, Willy Mecer, también coincide con los europarlamentarios de PP y PSOE en que “Melilla y Ceuta están llamadas a jugar un papel importante en el marco de la política de vecindad” y aboga para ello por una coordinación entre los Gobiernos de ambas ciudades y el Ministerio de Asuntos Exteriores. Mecer, partidario como miembro del grupo de Izquierda Unitaria en el PE de un proyecto euromediterráneo que “fomente la solidaridad y la resolución de los conflictos”, considera que “Melilla y Ceuta tienen un enclave muy especial y muy sensible” en gran medida ligado al conflicto con el Sáhara occidental. “Hasta que no tenga solución el conflicto del Sáhara –declaró el eurodiputado a ‘El Faro’- nosotros vamos a tener ahí un problema, una presión por parte de Marruecos que se intensifica en función de los intereses marroquíes y no en función de los intereses del conjunto del Mediterráneo”.
Inmigración y cooperación marroquí
La respuesta expeditiva y extremadamente represiva con que Marruecos articula su papel de cooperación en el freno de la inmigración subsahariana hacia el resto de Europa y, en principio, hacia Melilla, no pasa inadvertido para los europarlamentarios que, como Luís Yañez, condenó a petición de ‘El Faro’ actuaciones como las que el pasado 1 de enero se cobraron la vida de un inmigrante, a manos de la gendarmería marroquí, en un nuevo intento masivo por acceder a la ciudad, sorteando las vallas que delimitan nuestra frontera.Yañez señaló que la UE demanda el respeto a la carta internacional de los derechos humanos en cualquier política frente a los inmigrantes y que así lo impone en sus relaciones con terceros países, como es el caso de Marruecos. No obstante, apuntó que “la evolución de la política marroquí respecto de estas cuestiones ha sido positiva” y que los sucesos cruentos como el del pasado 1 de enero hay que considerarlos una “excepción”, fruto “de la falta de preparación ante situaciones extremas e indeseables”. No hay que olvidar –añadió- que “estamos en unas condiciones que requieren que Marruecos controle unas avalanchas que se producen desde su territorio. Nosotros –prosiguió- prestamos asistencia técnica, financiera, ayuda en la formación de la propia policía y fuerzas antidisturbios para evitar males mayores, pero, en última instancia, no podemos sustituirlo porque los inmigrantes están en territorio ajeno”.
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