Etiquetas: Marruecos, Francia, Argelia, Sáhara Occidental, Israel, autonomía, sionismo,
Sidahmed Taher*
Durante mucho tiempo, una pregunta me atormentaba: ¿Por qué las agresiones estadounidenses siempre ocurren en tierras de Islam: Afganistán, Irán, Irak, Siria, Libia… y ahora en Palestina? Los eventos en Gaza me dieron la respuesta: los musulmanes son víctimas de la agenda terrorista del sionismo.
Lo que sucede en Gaza ha resaltado el control de Francia por el lobby judío al punto de que el presidente francés se ve obligado a organizar cada año una cena con el CRIF, el establecimiento franco-sionista que controla la economía francesa.
El drama de los palestinos en Gaza también ha dado respuesta a las preguntas planteadas por numerosos argelinos y saharauis sobre el sentimiento de los franceses hacia Marruecos y Argelia. Un odio visceral hacia Argelia y un amor platónico hacia el reino que inventó la tortura con la botella en el trasero.
Si el Occidente sionista y su aliado Israel han tomado al Islam y a los musulmanes como objetivo para imponer su agenda, Argelia no es una excepción. Su posición de apoyo a los derechos de los palestinos le ha valido esta diabolización en Francia. El argumento oficial es la cuestión memorial, la verdad es el sentimiento de los judíos que no perdonan la constancia de Argel en la defensa de las causas palestina y saharaui, así como de un nuevo orden mundial más justo y menos dominado por los sionistas.
Así es como Israel se ha involucrado, cuerpo y alma, en el Sáhara Occidental para defender el régimen eternamente pro-sionista de la monarquía alauita. Por un lado, para asegurarse del control de Marruecos sobre el territorio saharaui y, por otro, para instalarse en la frontera con Argelia para la próxima misión: reducir Argelia a cenizas, como Gaza, Siria, Irak…
Por lo tanto, el reconocimiento por parte de Francia de la supuesta soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental no es más que el siguiente y lógico paso de la ofensiva sionista contra Argelia y su aliado, el pueblo saharaui. Esto en un momento en que Argel ha sido engañado por largos años de halagos estadounidenses al punto de poner en pausa sus relaciones con Rusia. Según algunas opiniones entre los saharauis, los palestinos han sido víctimas de la carrera de algunos países árabes hacia la normalización con Israel. Los saharauis, por su parte, han sido víctimas de la carrera de Argelia hacia la normalización con Estados Unidos. Argel ha olvidado que Washington también está bajo la influencia de los nazis sionistas.
Al abandonar sus principios liberadores para ganar la simpatía de Estados Unidos, el poder argelino se ha puesto en una posición de aislamiento que pone al país en peligro. Marruecos e Israel están listos para enfrentarse a él sin que este pueda contar con los estadounidenses. Estos últimos han demostrado en Gaza su apoyo incondicional a los crímenes sionistas.
En el Sáhara Occidental, está claro que la decisión de Francia de apoyar el denominado plan de autonomía marroquí alentará al Makhzen a invadir los territorios saharauis liberados. La única forma de evitar esta situación es equipar a los saharauis con drones capaces de alcanzar Rabat. De lo contrario, habrá que prepararse para lo peor, tanto en Argelia como en el Sáhara Occidental. La pregunta dorada es: ¿Argelia tendrá el coraje de enfrentar el peligro sionista que acecha la región? Hasta ahora, la diplomacia deja mucho que desear, especialmente con un enemigo capaz de lo peor.
En el Sahel, la política de Argelia ha sufrido un fracaso rotundo. En el Sáhara Occidental, todavía puede redimirse con un apoyo franco y valiente al Frente Polisario.
*Activista saharaui en El Aaiún ocupado
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