Fiebre en Rabat por las visitas de De Mistura a Pretoria y Moscú Hipocresía Marroquí Revelada: Desatando Controversia Tras las Visitas del Enviado de la ONU a Pretoria y Moscú

La Respuesta Silenciosa del Régimen Marroquí Plantea Interrogantes sobre la Hipocresía Política en Medio de los Compromisos Diplomáticos de De Mistura

ARGEL- Tras la visita del Enviado Personal de las Naciones Unidas para el Sáhara Occidental, Staffan de Mistura, a Sudáfrica y Moscú, los mandatarios marroquíes se abstuvieron de atacar a las autoridades rusas por recibir al enviado, a diferencia del alboroto que siguió a su visita a Sudáfrica. La disparidad en las reacciones ha levantado sospechas y ha llevado a acusaciones de hipocresía política.

El 31 de enero de 2024, el diplomático sueco-italiano visitó Sudáfrica y fue recibido en Pretoria por altos responsables del país. Esta visita provocó una fuerte reacción por parte del régimen marroquí, evidente a través de declaraciones de varios responsables marroquíes de alto nivel, que indicaron que Rabat no podía digerir las acciones de De Mistura.

Al enterarse de la visita de De Mistura a Sudáfrica, el régimen marroquí intentó disuadir al enviado de la ONU de hacerlo, con su agencia de noticias oficial realizando entrevistas con Omar Hilale, Representante Permanente de Marruecos ante las Naciones Unidas, expresando el descontento de su país. Sin embargo, estos esfuerzos resultaron inútiles.

Después de que la declaración de Omar Hilale con la agencia de noticias no lograra su objetivo, el régimen marroquí intensificó su postura al desplegar al Ministro de Relaciones Exteriores, Nasser Bourita, personalmente a la vanguardia. Bourita buscaba ejercer influencia en la Secretaría de las Naciones Unidas y, por extensión, en el Enviado Personal, criticando a Pretoria, afirmando: « Sudáfrica, que ha adoptado una postura negativa sobre el problema del Sáhara Occidental durante 20 años, carece de competencia y habilidad para influir en el curso de este expediente. » Sin embargo, este intento también falló en su impacto previsto.

El fin de semana pasado, el sitio web oficial de las Naciones Unidas anunció que « el Enviado Personal del Secretario General para el Sáhara Occidental, Staffan de Mistura, visitó Moscú por invitación de las autoridades rusas ». La misma fuente aclaró que De Mistura « se reunió con el Ministro de Relaciones Exteriores, Sergey Lavrov, y el Viceministro de Relaciones Exteriores, Sergey Vershinin, con respecto al problema del Sáhara Occidental ».

El punto focal de la visita oficial de la ONU a Moscú fueron las discusiones directas con funcionarios rusos sobre el problema del Sáhara Occidental y las formas de resolver la crisis de décadas de duración. Esta visita tuvo el mismo objetivo que la visita del enviado de la ONU a Sudáfrica, que sacudió a la monarquía marroquí.

Hasta la fecha, el régimen marroquí no ha emitido ninguna declaración respecto a la recepción que el funcionario de la ONU recibió en Moscú por parte de las autoridades rusas, a pesar de que han pasado tres días completos. Este silencio contrasta con los diálogos preventivos y las declaraciones de advertencia de Rabat antes y después de la visita de De Mistura a Sudáfrica, advirtiendo sobre el posible fracaso de la misión de De Mistura en el Sáhara Occidental.

La postura silenciosa del régimen marroquí, según algunos analistas y activistas en las redes sociales, respecto a la visita de De Mistura a Moscú y su enfoque « arrogante » a su visita a Sudáfrica, revela una dicotomía y duplicidad en la política exterior del reino, colocándolo en una situación de vergüenza ante la opinión pública local e internacional.

En medio de la vergüenza sentida por el régimen marroquí después de su silencio respecto a la visita de De Mistura a Moscú, algunos portavoces marroquíes, tanto dentro como fuera del reino, han intentado limpiar las puertas de los palacios de los restos de su diplomacia torpe. Hablan de « diferencias fundamentales » entre las dos visitas, afirmando que Rusia, como miembro permanente del Consejo de Seguridad, permanece neutral en sus tratos con el problema del Sáhara Occidental, mientras que Sudáfrica apoya la causa saharaui. Sin embargo, los defensores de estas justificaciones pasan por alto un factor crucial: las posiciones de Rusia nunca han sido neutrales respecto al problema del Sáhara Occidental, a menudo absteniéndose de votar al renovar el mandato de la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental (MINURSO) en el Consejo de Seguridad, a diferencia de Estados Unidos, Francia, Reino Unido y China, que han votado consistentemente « sí », demostrando su apoyo al derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación.

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