La diplomacia marroquí está alimentada por la corrupción y el chantaje. Esta es una simple verdad axiomática desde que estalló el escándalo del Marocgate.
Ayer, la Cuarta Comisión de Cuestiones Políticas Especiales y Descolonización comenzó sus trabajos sobre la situación en los Territorios No Autónomos.
Un total de 200 peticionarios intervendrán en persona este año sobre cuestiones relativas a Samoa Americana, las Islas Vírgenes Británicas, la Polinesia Francesa, Guam, las Islas Vírgenes Estadounidenses, Santa Elena, Gibraltar, las Islas Malvinas (Falkland Islands), las Islas Caimán, Nueva Caledonia y el Sáhara Occidental.
Para defender su reivindicación de soberanía sobre el Sáhara Occidental, antigua colonia española anexionada por la fuerza por Marruecos en 1975, Marruecos contrató a docenas de peticionarios.
Según documentos clasificados, estos peticionarios fueron contratados por los Ministerios de Asuntos Exteriores y Cooperación, Interior y la Dirección General de Estudios y Documentación, DGST, y la Agencia Marroquí de Cooperación Internacional. Se trata de la ex-DGED de Yacine Mansouri, amigo de infancia de Mohamed VI y objeto de una orden de detención internacional desde el estallido del Maroc-gate.
El paquete para hacerse cargo de los peticionarios incluye un perdiem (dieta) de 2.200 dólares estadounidenses para cada peticionario, un billete de avión en clase business y el pago de cinco noches de hotel del 7 al 12 de octubre de 2012, así como los gastos de viaje del aeropuerto al hotel. Y eso no es todo. Aunque estos peticionarios de sobornos son elegidos a dedo y se les paga generosamente, se les sigue lavando el cerebro.
Esto explica que a menudo se muestren violentos y provocadores con los representantes del Frente Polisario.
Como se anunció anteriormente, entre los peticionarios que llegaron a Nueva York para defender la causa saharaui se encuentran Jean-Paul Lecoq, diputado francés y vicepresidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento francés, Claude Mangin, esposa del preso de conciencia saharaui Naama Asfari, Meriem Naili, investigadora doctoral, y el Dr. Saïd Ayachi, presidente del CNASPS (Comité Nacional Argelino de Solidaridad con el Pueblo Saharaui).
Volveremos sobre los trabajos de este cuarto comité con más detalle. Es bien sabido que la diplomacia marroquí se nutre de la corrupción y el chantaje. Por lo tanto, es útil recordar este hecho axiomático en un momento en que la cuarta comisión de la ONU se abre en Nueva York y Rabat cuenta una vez más con estar representada por peticionarios corruptos y carentes de credibilidad.
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