Marruecos no duda en cruzar las líneas rojas (periodista francesa)

Para Rosa Moussaoui, el descubrimiento del uso de software espía por parte de Marruecos revela lo que muchos ya sabían sobre el Majzen, que no duda en "cruzar todas las líneas rojas" utilizando, entre otros métodos, acusaciones de agresiones sexuales contra periodistas marroquíes para silenciarlos.

Para la periodista del diario francés l’Humanité, Rosa Moussaoui, el descubrimiento del uso de software espía por parte de Marruecos revela lo que muchos ya sabían sobre el Majzen, que no duda en « cruzar todas las líneas rojas » empleando, entre otros métodos, acusaciones sexuales contra periodistas marroquíes para silenciarlos.

La periodista del diario francés l’Humanité, Rosa Moussaoui, víctima entre muchas otras del software espía Pegasus, utilizado por Marruecos y diseñado por la entidad sionista, volvió a relatar su traumática experiencia en una columna publicada el domingo en el diario español El Independiente.

“El software espía marroquí Pegasus, tan aterrador como invisible” es el título de un largo texto escrito por la periodista que arroja luz sobre su experiencia personal como víctima del software que apunta a los teléfonos móviles, al tiempo que analiza otros métodos igualmente tortuosos utilizados por el Makhzen para empañar la imagen de los periodistas marroquíes, evocando en particular a “autoridades y policías que no dudan en cruzar todas las líneas rojas”.

En julio de 2021, una investigación, publicada por un consorcio de 17 medios de comunicación internacionales, reveló que el software Pegasus, diseñado por la empresa sionista NSO Group y utilizado por Marruecos, había permitido espiar los teléfonos móviles de periodistas y periodistas. mujeres políticas, activistas de derechos humanos y líderes empresariales de diferentes países. “Empecé a notar fallos de funcionamiento en mi iPhone desde finales del verano de 2019 (y que) se hicieron más frecuentes durante el invierno de 2019 (…)

Las aplicaciones se abrían solas, la memoria se saturaba sistemáticamente y era casi imposible utilizar mi web navegador (…) Estos fallos se multiplicaron” al año siguiente, afirma el periodista. Estaba investigando los procesos judiciales “fabricados” contra el periodista y opositor marroquí Omar Radi, cuando supo, en 2020, que el teléfono de este último estaba infectado con el software espía Pegasus.

La información vinculada al teléfono de Radi había sido revelada por Amnistía Internacional, que alertó a Moussaoui. “En la primavera de 2021, periodistas del consorcio Forbidden Stories se pusieron en contacto conmigo y me informaron que sospechaban que mi teléfono estaba equipado con software espía”, afirma. Llevó su celular a un laboratorio especializado pero no detectó nada. “En julio, en vísperas de las revelaciones del proyecto Pegasus, un periodista de Forbidden Stories volvió a contactarme para decirme que estaba en una lista de posibles objetivos de este programa de espionaje”, continúa.

Moussaoui, que dice haber sufrido ya presiones y vigilancia por parte de las fuerzas de seguridad marroquíes durante sus investigaciones, descubre otra forma de vigilancia mucho más « aterradora » porque es « invisible » e « indetectable ». “Viví el hackeo de mi teléfono como una situación muy violenta que me afectó personalmente, pero también a mis seres queridos, mis amigos, mis colegas, mi familia. Es una intromisión insoportable, una violación de mi intimidad y de mi vida privada”, añade.

« Así como los tratados internacionales prohíben el uso de armas no convencionales, deberíamos prohibir el software espía, que es un arma formidable en una época aterradora », argumenta. Para Rosa Moussaoui, el descubrimiento del uso de software espía por parte de Marruecos revela lo que muchos ya sabían sobre el Majzen, que no duda en « cruzar todas las líneas rojas » utilizando, entre otros métodos, acusaciones de agresiones sexuales contra periodistas marroquíes para silenciarlos.

Las autoridades marroquíes, que parecen “seguras de su impunidad”, no dudan en acosar y amenazar a los periodistas marroquíes en suelo francés. “Yo mismo lo presencié, el 15 de febrero de 2019 en París, en una sala llamada Le Maltais rouge, donde una conferencia sobre la libertad de prensa en Marruecos fue brutalmente interrumpida por tipos musculosos que cortaron la electricidad y arrojaron mesas y sillas a los participantes”, afirma.

APS

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