Etiquetas : Nostalgismo, régimen, colonialismo, España, Marruecos, chiujs, jefes tribales, tribalismo, Frente Polisario, Sahara Occidental,
Nuestros coches llevan matrículas con las letras SH y GSH tal y como fue durante la época colonial española. ¿Por qué nuestras autoridades no adoptaron otro modelo diferente del modelo colonial para las placas de nuestros vehículos oficiales y particulares? ¿ Es a causa de falta de imaginación o por nostalgia al régimen colonialista español?
La imitación de los colonialistas también se ha incrustado en nuestra política interna a pesar de nuestros aires liberacionistas y revolucionarios. Cuando una parte de los jefes de las tribus (chiujs) se incorporaron a las filas del Frente Polisario cuando Marruecos invadió el Sáhara Occidental, nuestras autoridades los encuadraron inmediatamente en una entidad fundada para mantener sus privilegios y su presunta autoridad : El Consejo Nacional. Incluso algunos fueron nombrados ministros.
De esta manera, los responsables del Frente Polisario adoptaron el sistema colonialista basado en la cuota tribal que los españoles habían inventado para controlar a la población mediante los jefes tribales que desempeñaban un papel fundamental como informadores y agentes de los servicios de inteligencia y de los que algunos chiujs tenían fama de chivatos. Gracias a la nomenclatura tribal, la administración colonial española estaba al corriente de todo lo que acontecía en la sociedad saharaui.
Desde el principio, nuestra política interna se caracterizó por la contradicción. Al mismo tiempo que pretendíamos combatir el tribalismo y condenábamos todo aquel que osaba simpatizar con él, elevábamos al más alto rango los jefes tribales cuya gran mayoría eran fieles siervos del colonialismo. Peor todavía, impulsamos a sus hijos a los más altos cargos del Estado, embajadas y representaciones.
Y por si fuera poco, cuando los ancianos perecieron a causa de la longevidad del conflicto, sus hijos estaban ahí para convertir nuestro sistema en una especia de monarquía hereditaria dentro de una « república » que prentede ser « árabe » y « democrática ». Incluso aquellos que después de la retirada española no dudaron en colaborar con el invasor marroquí fueron adulados y homenageados, como es el caso de Mohamed Ali Sid El Bachir, que fue liberado en la batalla de Smara en 1979 siendo diputado en el parlamento marroquí. Ahora, uno de sus hermanos lleva una eternidad como ministro y su hijo es el actual embajador en Kenia.
En Smara, todo el mundo conocía a Brahim Ehmoim por su mala fama como delator. Su hijo, Adda, el actual ministro de Aguas, se incorporó al Frente Polisario contra su voluntad. Llegó a Rabuni secuestrado por militantes saharauis hartos de sus fechorías con el colonialista español. Hasta hoy nos preguntamos cómo es posible que lleva 40 años como ministro. No es el único caso. Como él, son muchos :
- Salec Baba Hasana, ministro de sanidad
- Emboiric Ehmudi, embajador en el ministerio de asuntos exteriores a pesar de su escándalo en Brasil
- Abba Malainin, nieto de Moulay Beibbat
- Etc, etc.
La lista es larga a pesar de que levanta una barrera ante la contribución de las nuevas generaciones en el avance de la causa.
España se ha ido pero nos ha dejado un legado que obstruye nuestro progreso y la consecución de los objetivos de nuestra eterna lucha.
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