Etiquetas : Marruecos, Mohamed VI, hermanos Azaitar, seismo, terremoto,
Evita las cumbres internacionales, no concede entrevistas, pero cultiva la imagen de « rey del pueblo ». Sus prolongadas ausencias en el extranjero, acompañado de un luchador de artes marciales con un largo historial delictivo, han alimentado el descontento de las élites. En un país sacudido por la catástrofe, a Mohammed VI de Marruecos se le pide ahora un liderazgo ejemplar. ¿Estará a la altura?
No era la primera vez que la ausencia de Mohammed VI de Marruecos era objeto de intrigas palaciegas, pero tras el terremoto del 8 de septiembre, estas intrigas tuvieron más eco en la prensa internacional. El rey se encontraba en París por motivos personales, ciudad en la que suele pasar largas temporadas, en su mansión cercana a la Torre Eiffel. Regresó a Rabat al día siguiente, donde se grabaron imágenes suyas al frente del gabinete de crisis, y emitió una escueta declaración. Sin embargo, no fue hasta el cuarto día después del seísmo cuando el monarca viajó a Marrakech, donde fue fotografiado y filmado visitando el hospital que lleva su nombre, donando sangre y hablando con algunos de los pacientes. No llegó a las zonas montañosas más afectadas y poco después desapareció de los focos, sin dirigirse directamente a sus súbditos. El gobierno también tardó en reaccionar, como si esperara instrucciones reales, y la sociedad civil y el ejército soportaron el grueso de las ayudas (ver recuadro).Ante los escombros, la parálisis fue flagrante.
El monarca, de 60 años, a pesar de llevar una vida fastuosa -en contraste con las privaciones de la población marroquí-, sigue gozando de una enorme popularidad entre sus súbditos, acostumbrados a su personalidad discreta. Tímido, con pocas dotes oratorias, concedió muy pocas entrevistas a lo largo de su reinado, pero supo cultivar la imagen de un soberano cercano al pueblo.
#Marruecos #MohamedVI #Azaitar #Terremoto #Absentismo
Be the first to comment