Argelia, Marruecos, Arabia Saudí, mediación,
Las autoridades marroquíes son conscientes de que la decisión argelina de romper con Rabat se tomó tras una larga y profunda reflexión. A través de la voz del presidente Tebboune y de su ministro de Asuntos Exteriores, El Mouradia ha enviado un mensaje que no puede ser más claro: rechaza cualquier mediación con Marruecos « porque el contencioso es pesado, demasiado pesado para dejarlo pesar sobre las perspectivas de futuro de los pueblos de la región ».
A pesar de ello, el Majzen, a través de uno de sus medios de comunicación conocidos por su proximidad con los servicios de Yassine Mansouri, afirma que Argelia ha echado por tierra una misión de buenos oficios dirigida por Arabia Saudí para restablecer las relaciones diplomáticas entre Argel y Rabat. Según este sitio de desinformación, Argelia condicionó esta reanudación al fin de la cooperación militar entre Marruecos e Israel.
Se diría que se trata de un mensaje subliminal enviado a las autoridades saudíes para implorar su intervención ante el vecino occidental con la esperanza de hacerle reconsiderar su decisión. Sin embargo, los inquilinos del palacio real saben muy bien que la decisión de Argelia es irrevocable.
Según los conocedores de la salsa política jerifiana, el majzén lanzó este bola de humo para ocultar al pueblo marroquí una realidad que molesta en Marruecos: el apoyo de Arabia Saudí a la candidatura de Argelia al Consejo de Seguridad de la ONU y el inédito auge que caracteriza las relaciones entre Argel y Riad y que demuestra el innegable éxito de la diplomacia argelina. Lejos atrás quedaron los tiempos en los que Riad desempeñaba el papel de protector de la monarquía alauita.
Mohamed Ayache, analista saharaui
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