¿Nos dirigimos hacia un enfrentamiento armado entre las fuerzas de ocupación marroquíes y el ejército de liberación del pueblo saharaui? Todo parece indicar que se debe temer lo peor cuando observamos la evolución de la situación a nivel de la localidad de El Guerguerat, que sirvió como zona de amortiguamiento antes de que irrumpieran las FAR a finales de la semana pasada en un gesto que parece una odiosa provocación. Y como era de esperar, el Frente Polisario, legítimo representante del pueblo saharaui, no pudo quedarse con los brazos cruzados ante esta incursión marroquí que viola claramente el acuerdo de alto el fuego firmado en 1991.
Ayer, la dirección del Polisario También ha decidido dejar de tener en cuenta este acuerdo porque el colonizador marroquí lo ha violado de forma unilateral y de cara a la comunidad internacional. De hecho, estamos casi a un paso del estallido de las hostilidades y la reanudación de las armas entre los dos beligerantes. Salvo que el verdugo y la víctima no deben estar en pie de igualdad. En este caso, es el reino de M6 el que abre las hostilidades al decidir abrirse el paso en esta zona de amortiguamiento supuestamente la frontera entre los dos territorios, con el pretexto de asegurar un paso comercial a Mauritania. Un argumento del todo inadmisible en el sentido de que el acuerdo de 1991 prohíbe expresamente cualquier violación de esta frontera de arena, de acuerdo con lo estipulado en el acuerdo que las dos partes firmaron bajo los auspicios de la ONU.
Sin duda, esta irresponsable invasión del ejército de Mohamed 6 responde sobre todo a otras consideraciones de orden interno. Comenzando con el deseo del rey de desviar la atención de sus súbditos de su catastrófica gestión de la pandemia Covid-19, cuyas víctimas se cuentan decenas por día. Además, la desastrosa situación económica de su reino debió empujar a Mohamed 6 a buscar una víctima en otro lugar para hacer olvidar a su pueblo las duras condiciones de vida.
Ni que decir tiene que la reciente apertura de un consulado de los Emiratos en los territorios saharauis ocupados, forma parte de la agenda de odio y desestabilización de estos Emiratos que consiste en hacer las veces de revendedor a Israel a cambio de apoyo a la colonización del Sahara por Marruecos. No sería sorprendente ver pronto al « Comandante de los Creyentes » asumir públicamente la normalización de las relaciones con la entidad sionista como lo hizo antes que él, sus alter egos de los Emiratos, Bahréin y Sudán.
Los saharauis, por lo tanto, respaldan la función de chivos expiatorios de una alianza triangular entre Israel, los Emiratos y Marruecos.
Imane B.
L’Est Républicain, 15 nov 2020
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