Según estadísticas recientes, desde la intronización de Mohamed VI en 1999, la producción de hachís en Marruecos registró un ascenso espectacular. La superficie dedicada a las plantaciones ha superado las 100.000 hectáreas, y la producción rebasa las 2.000 toneladas.
Aquellos que contaban con la colaboración del régimen de Rabat en la lucha contra el tráfico de drogas van a llevarse una buena decepción ya que las superficies dedicadas al cultivo de la droga en lugar de disminuir siguen aumentando cada año.
En 2000, el Ministerio de Agricultura marroquí, bajo la apelación de «cultivos industriales», lo estimaba entre 65.000 y 74.000 hectáreas. Dos años más tarde, las cifras del gabinete de estudios español INYPSA calculaban por cuenta de la UE, una superficie de 79.846 hectáreas. En el año 2010, el propio Ministerio de Agricultura marroquí dio la cifra de 90.000 hectáreas. Un año más tarde, en 2011, superaban las 100.000 hectáreas dedicadas a este cultivo.
Es sabido que el cannabis mueve en Maruecos más de 20.000 millones de euros al año y da de comer a 800.000 personas. Según un estudio del Departamento de Estado americano el narcotráfico representó casi el 23% del PIB de Marruecos en 2016, o sea el equivalente a 23 mil millones de dólares.
« La producción total de cannabis en Marruecos en 2015-2016 se estima en 700 toneladas métricas, lo que potencialmente equivale al 23% del PIB de Marruecos estimado en 100 mil millones de dólares », dice el Departamento de Estado en su informe de 2017 sobre el narcotráfico y el crimen financiero en todo el mundo.
El informe indica también que Marruecos, el mayor productor y exportador mundial de cannabis, se ha convertido en un importante país de tránsito de cocaína desde América del Sur hasta Europa.
Según Mohammed Hamouchi, vicepresidente de la Asociación Rifeña de Derechos Humanos, las cifras publicadas por las diferentes instituciones, organizaciones y asociaciones internacionales se basan en cifras dadas y manipuladas por las autoridades marroquíes y que la realidad del porcentaje de producción es mucho más amarga.
El hachís constituye uno de los pilares esenciales de la economía marroquí y la estabilidad de su Estado y los cultivos ya no se limitan a la única región del Rif sino que se ha extendido hasta las regiones limítrofes.
En las clasificaciones establecidas por la revista Forbes, se percibe el espectacular aumento de la fortuna del Rey Mohamed VI en un lapso de tiempo que podría ganar el premio Guinness. Sin embargo, la célebre revista se calla sobre la fuente de esta riqueza que convirtió al rey de Marruecos en multimillonario.
Ante las fuertes críticas y presión de la comunidad internacional, el gobierno marroquí piensa legalizar el consumo del cannabis dándole una cobertura terapéutica. Parece ser que en este proyecto cuenta con el apooyo de Francia cuya agencia de noticias, AFP, no duda en publicar artículos sobre « las rutas turísticas del cannabis en Marruecos« . Un poco de publicidad para dopar esta importante fuente de ingreso.
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