Lo que se esconde detrás del retorno marroquí a la Unión Africana

El Consejo de Ministros marroquí presidido por el rey Mohamed VI aprobó el martes 10 de Enero la adopción del Acta constitutivo de la Unión Africana. Según la prensa marroquí, esta decisión será ratificada el  lunes 16 de Enero  por las dos cámaras del parlamento marroquí.
Al igual que durante su retirada de la OUA en 1984, su deseo de volver se acompaña de mucho ruido con el objetivo de dar al pueblo marroquí una imagen de un retorno victorioso del que la monarquía sacará nada más que provecho. 
En 1963, Marruecos aceptó el principio de la intangibilidad de las fronteras heredadas del colonialismo sin retirar su reivindicación de las tierras mauritanas y argelinas. Hoy, firma su adhesión a la Unión Africana y a sus principios manteniendo su ilegal ocupación del territorio de la RASD, miembro de pleno derecho de dicha organización, fingiedo ignorar que esta ocupación va en contra de su acta constitutivo.
En julio pasado, durante la Cumbre de Kigali, los marroquíes intentaron volver a la UA sin condiciones. La petición marroquí fue ignorada por el presidente de turno, el chadiano Idriss Déby, quién en lugar de incluir el tema en la agenda de la cumbre, mandó guardar un minuto de silencio por el alma del difunto presidente saharaui, Mohamed Abdelaziz.
Según el presidente senegalés, Macky Sall, 28 países africanos firmaron una petición que reivindicaba la suspensión de la RASD como miembro de la UA. Sin embargo, en la cumbre afro-árabe de Malabo, los aliados africanos de Marruecos le hicieron saber que no están dispuestos a sacrificar la organización panafricana para satisfacer los caprichos de Rabat. Cuando la delegación marroquí se retiró de dicha cumbre, sólo los riquísimos países árabes del Golfo se unieron a su gesto de protesta.
Mohamed VI se dió cuenta, entonces, que el chantage y la presión no le traerán más que decepciones. De ahí la voluntad que manifestó de querer respetar las condiciones impuestas por la UA, entre ellas el reconocimiento de la intangibilidad de las fronteras heredadas de la era colonial. En ese marco entra el ruido provocado por las giras del rey Mohamed VI en Africa dentro de lo que la propaganda marroquí calificaba como ofensiva diplomática de Marruecos en el continente negro. 
El retorno de Marruecos a la organización deberá será ser validado por un voto de los Estados miembros con una mayoría de los dos tercios. Es decir, de 36 países. Con esa mayoría deberá contar Marruecos para modificar el acta constitucional de la Unión Africana y lograr la expulsión de la RASD.

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