Actualizado 19/06/2016 8:27:24 CET
MADRID, 19 Jun. (EDIZIONES)
El Consejo Noruego para los Refugiados ha publicado esta semana su informe anual donde hace una lista con una decena de crisis mundiales de desplazados tan longevas que han comenzado a pasar desapercibidas y se encuentran enquistadas por falta de voluntad política, ayuda humanitaria, apoyo económico o la ausencia de cobertura en los medios.
Diez crisis, todas de máxima urgencia y enorme envergadura, que el CNR quiere recordar. Millones de hombres, mujeres y niños atrapados fuera de sus hogares, en estados debilitados, amenazados por la violencia, y perdidos en la memoria.
SAHEL
La mayor zona interconectada de países en crisis del mundo. Más de 23 millones de personas, según la Oficina de Coordinación de Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios (la OCHA), padecerán restricciones en el acceso a los alimentos; casi seis millones de niños sufren desnutrición, un 70 por ciento de ellos en Chad, Malí y Niger.
Son estados casi fallidos, de fronteras porosas, que permiten el paso libre a organizaciones terroristas como Boko Haram, cuyos atentados ponen en peligro la vida de 30 millones de personas. Las sequías — y las inundaciones posteriores — dejan a la población en una situación de indefensión permanente. Y los conflictos interreligiosos han obligado a 4,5 millones de personas a dejar su hogar, sin recursos, mientras las numerosas intervenciones militares han demostrado su ineficacia más allá del corto plazo.
YEMEN
La peor crisis humanitaria del mundo, en palabras del comité. El 82 por ciento de la población, unos 21 millones de personas, requieren ayuda humanitaria urgente. La guerra ha terminado por devastar el que era de antemano uno de los países más pobres del mundo, donde 14,4 millones de personas son incapaces de conseguir la comida necesaria.
Los enfrentamientos entre houthis, Gobierno y coalición internacional han provocado que el acceso a ayuda sea casi inexistente; un auxilio internacional que brilla prácticamente por su ausencia: a día de hoy solo se ha recaudado un 13% de la cantidad solicitada a los donantes internacionales.
LIBIA
La caótica situación en Libia, donde dos gobiernos paralelos compiten por el poder, ha paralizado casi por completo el envío de ayuda en un país donde, cinco años después de la muerte del sátrapa Muamar Gadafi, “se siguen cometiendo a gran escala crímenes contra los derechos humanos”.
“A fecha de abril de 2016, Naciones Unidas solo cuenta con el 12 por ciento de la cantidad de ayuda requerida por el país”, según el comité, que denuncia que el conflicto se está extendiendo peligrosamente a Túnez y alimentando la ya de por sí gravísima situación en el Sahel.
LOS ROHINGYA
En palabras del comité, “uno de los pueblos más perseguidos del planeta”. Los Rohingya, una minoría musulmana despojada de su nacionalidad en Birmania y Bangladesh, viven acosados, desprotegidos y desesperados. Muchos de ellos inician una huída desesperada al sureste de Asia en botes mal pertrechados, que suelen acabar hundidos.
La situación de los Rohingya apenas recibe cobertura mediática y la falta de voluntad política para arreglar su situación es más que evidente. El comité pide a Birmania que aparque sus inflamatorios discursos nacionalistas y a Bangladesh que cubra las necesidades de los indocumentados. A la comunidad internacional, que vuelva a prestar atención a la situación de los Rohingya, que con toda proabilidad seguirán siendo ignorados a pesar de la llegada de un gobierno elegido democráticamente en Birmania, lo que probablemente disminuirá aún más la presión de Occidente.
IRAK
Más de diez millones de personas necesitan ayuda en el país más letal del mundo para la población civil, donde más de 3,4 millones de personas han huído de sus hogares pero siguen atrapados dentro del país. Irak sigue siendo un peligro para los cooperantes, en especial en la provincia de Anbar, parcialmente controlada por Estado Islámico.
El comité noruego advierte de un futuro “catastrófico” en un país que solo ha recibido el 24 por ciento de la ayuda solicitada por Naciones Unidas, a fecha de abril de 2016, mientras los yihadistas se reservan todos los alimentos y bienes de primera necesidad que reciben las ONG, y los usan para sus siniestros fines.
REPÚBLICA CENTROAFRICANA
El país, penúltimo en el Índice de Desarrollo de Naciones Unidas, se encuentra ahora en una inercia positiva pero el peligro de volver a caer en el abismo es evidente y la comunidad internacional debe aprender de sus errores pasados, en opinión del comité, que recuerda que los centroafricanos siempre han recibido “tarde y mal” la atención que necesitaban.
Además, hay que tener en cuenta que el número de niños malnutridos en el país es uno de los más altos del mundo y que dos millones de personas permanecen afectadas por cortes en el suministro de alimentos. “El mayor peligro reside en que, una vez más, usemos los recursos mínimos en un país que es una herida abierta en el corazón de África”, ha indicado.
SÁHARA OCCIDENTAL
Cuarenta años de conflicto olvidado, ignorado por los Gobiernos, y con una población aislada en campos de refugiados argelinos, con una asistencia humanitaria calificada como “impredecible y en constante disminución”. Esta es la situación de los saharauis, definidos políticamente en lugar de ser contemplados como lo que son: personas.
El comité señala que la cuestión del Sáhara occidental es una basada en la descolonización, y apoya las peticiones del Frente Polisario para dejar en manos del pueblo saharaui la decisión de independizarse de Marruecos, que se limita a conceder, como máximo, la autonomía. “Y Marruecos tiene a poderosos amigos detrás, como Francia. Y la respuesta del Consejo de Seguridad de la ONU, por lo tanto, es el silencio total”, lamentan los noruegos.
COREA DEL NORTE
La sequía que ha atravesado el país los últimos meses apenas explica una parte de la perenne crisis humanitaria que condena año tras año a la población norcoreana, cuyo Gobierno se gasta la mayor parte de sus recursos en su programa de armamento.
“Las necesidades humanitarias de la población han sido ignoradas casi por completo”, denuncia el comité, que lamenta los esfuerzos de China — gran aliado político de Corea del Norte — para impedir todas las iniciativas de ayuda internacional a más de cuatro millones de personas con “desnutrición crónica”.
SUDÁN
Años de conflicto armado han dejado al menos 2,5 millones de desplazados y a miles de personas sin acceso a ayuda inmediata, según el comité, que destaca la rapidez con la que se crean diariamente nuevos flujos de desplazados, debido principalmente a la súbita irrupción de la sequía.
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha lamentado que solo ha recibido un 8 por ciento de los fondos de ayuda solicitados, el menor porcentaje de todas las crisis estudiadas en su informe.
INDONESIA (PAPÚA OCCIDENTAL)
Prácticamente desconocida para el gran público. Papúa Occidental se incorporó a Indonesia en 1969 con un cadre de líderes elegidos por las autoridades del país asiático. Desde entonces, los ciudadanos papuanos, de etnia melanesia, más próximos a las poblaciones del Pacífico, como Vanuatu, Fiyi o Papúa Nueva Guinea, no han tenido ni voz ni voto.
Actualmente se estima que 10.000 papuanos se han refugiado en Nueva Guinea, pero nadie ha sido capaz de establecer un censo completo. En Papúa Occidental apenas hay presencia de ONG o medios de comunicación. Es un vacío aislado del mundo, mientras las operaciones militares en la zona, contra milicias y grupos de oposición, continúan incrementando el flujo de desplazados.
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