Inicio hoy una serie sobre las ciudades de todo el mundo que he tenido ocasión de conocer. Periódicamente os invitaré a conocer distinstos lugares y distintas gentes. Comienzo con una pequeña población de apenas 25.000 habitantes, pero que ocupa un lugar en mi corazón: VILLA CISNEROS (hoy renombrada como Dajla)
Residí en Villa Cisneros entre Enero de 1974 y Marzo de 1975, en la última etapa de la ciudad bajo administración española.
Villa Cisneros fue fundada por los españoles, avanzado el siglo XIX (periodo en que España hace efectiva su presencia en este territorio declarado como « Protectorado », cuando una expedición al mando de Emilio Bonelli alcanza la península de Rio de Oro, estableciendo un asentamiento militar con la construcción de un Fuerte en torno al cual se levanta la población civil.
Hablo del Sahara Occidental, un territorio árido y desértico, cuya población de naturaleza nómada, vive con los escasos recursos que le proporciona la ganadería y el comercio. Pero por lo que yo conocí, gente digna y hospitalaria, cuyas jaimas siempre estaban abiertas al vecino y al visitante para compartir un te saharaui. Y es que la vida para los nativos, se desarrollaba en una dimensión muy distinta a la de la Europa actual. Sin ninguna prisa el saharaui, te preparaba el te, mientras te ofrecia amistosa conversación. El ritual del te en Villa Cisneros consistía en tomar tres vasos, el primer te era amargo (como la vida), tras regresar la tetera a las brasas y añadirle azúcar y hierbabuena, el segundo era dulce (como el amor), el tercero será suave (como la muerte).
El Villa Cisneros que recuerdo era una población moderna, de edificios de planta baja, bien comunicada, tanto via aérea como marítima, y sin apenas comunicación terrestre. Lleno de bares, cabarets y barras de alterne para atender a la importante población militar. Ciudad limpia, blanca y ajardinada. Un aunténtico oasis, con un agua dulce que brotaba del fondo de la tierra.
En Febrero de 1976, España abandonaría definitivamente el territorio y por tanto Villa Cisneros. Ocupada primeramente por Mauritania, esta se retiraría ante el hostigamiento del Frente Polisario, siendo ocupada entonces por Marruecos. La explotación de las minas de fosfato, y los derechos sobre el riquísimo banco de pesca de la costa saharaui, son las poderosas razones que avalan la ocupación.
Marruecos ha practicado desde entonces una política de marroquinización del territorio, con el establecimiento de miles de colonos, sustituyendo la lengua española por el francés y tratando de eliminar cualquier signo anterior a su presencia, como el derribo del Fuerte Español de Villa Cisneros (ahora denominada Dajla), de sumo interés histórico por ser germen de la población.
Una parte de la población nativa subsiste, en condiciones infrahumanas, en los campamentos de refugiados de Tinduf (Argelia)
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