Por: Daniel Jadue
Mayo es un mes muy significativo para dos pueblos hermanos que sufren de manera similar una ocupación extranjera ilegal, una política de exterminio físico y político por parte de potencia ocupante, el engaño sistemático de los mal llamados mediadores y lo peor, la indiferencia y la complicidad de la comunidad internacional, que a pesar de las sistemáticas y permanentes violaciones a todos los derechos humanos y las innumerables condenas, declaraciones y resoluciones de Naciones Unidas llamando a respetar el derecho a la autodeterminación de los pueblos, mantienen un manto de impunidad para la Monarquía de Marruecos y para el Estado de Israel.
La tierra de ambos pueblos fue entregada por países coloniales europeos a extranjeros, en desmedro de sus legítimos y milenarios habitantes.
El 15 de mayo se conmemora 68 años de la Nakbah o catástrofe palestina que significó la destrucción de más de 500 aldeas palestinas, el asesinato de cientos de miles y la expulsión de más de 800.000 palestinos lejos de su tierra. El 10 de Mayo se conmemora el nacimiento del frente Polisario Para la Liberación Nacional, durante 1973 y el 20 de Mayo la primera acción de resistencia armada contra España, en la búsqueda de la liberación del yugo colonial del Sahara Occidental. Años más tarde, en 1976, El Frente Polisario proclama la independencia y el Reino de Marruecos invade el Sahara Occidental para evitar el surgimiento de la ya proclamada Republica Árabe Saharaui.
Ambas potencias ocupantes mantienen hace más de dos décadas, procesos de paz en los cuales declaran a menudo con una hipocresía sin fin, que son partidarios, uno de un Estado Palestino Independiente y el otro, de la Autodeterminación del Pueblo Saharaui pero cada día que pasa, el primero construye mas asentamientos ilegales en los territorios palestinos ocupados ilegalmente y aniquila mediante el terror cualquier atisbo de resistencia pacífica mientras el segundo consolida la ocupación y profundiza la segregación y las condiciones de vida infrahumanas en las que viven los saharauis en los campamentos de refugiados, en pleno desierto.
Ambas potencias ocupantes tienen una diplomacia tremendamente activa y con recursos suficientes para ir por el mundo comprando conciencias de políticos, periodistas y grandes empresarios, que son invitados a menudo, para ver por sus propios ojos las “bondades” de ambas ocupaciones y del estatus quo imperante. De hecho, si uno analiza cuales son los dos países que más invitaciones cursan a delegaciones chilenas de las características mencionadas, sin riesgo a equivocarnos podemos estar seguros que son el Reino de Marruecos y el Estado de Israel.
Ambos países explotan de manera adecuada el surgimiento del radicalismo en los pueblos ocupados, sobre todo en las generaciones más jóvenes que sufren desde su nacimiento el flagelo de las violaciones a sus derechos y el pisoteo constante de su dignidad, para utilizarlos luego como la excusa perfecta para mantener la ocupación y profundizar el genocidio por lo que en ambos países, vivir, educar a los hijos, formar una familia, trabajar y muchas otras cosas que para el resto del mundo parecen normales, se han convertido en actos fundamentales de la resistencia, porque ambas potencias ocupantes se han propuesto hacer de la vida de palestinos y saharauis, simplemente algo insoportable.
Quizá la única gran diferencia que podemos observar en ambas resistencias, es que afortunadamente la Palestina posee mucho mas visibilidad que la Saharaui y que por lo mismo, Israel esta cada día mas aislado, sólo con EEUU y Canadá como sus únicos e incondicionales aliados y casi la totalidad de la comunidad internacional ha dado el paso fundamental de reconocer al Estado Palestino bajo ocupación, solo quedando pendiente una presión mas seria hacia Israel para que ponga fin el genocidio y termine con la ocupación.
En el caso de la República Árabe Saharaui, el Reino de Marruecos aun logra engañar a muchos más países de la comunidad internacional, entre los que lamentablemente, se encuentra el nuestro, que hasta el día de hoy y a pesar de haberse comprometido por escrito a reconocer a la Republica Árabe Saharaui, mantiene una decisión tan urgente como justa y necesaria, en suspenso.
De más está decir que ambos pueblos, el palestino y el saharaui fueron tremendamente solidarios con nosotros en tiempos de dictadura y que nobleza obliga a retribuir en justicia, dicha solidaridad.
Es de esperar que nuestro gobierno, no cometa el error que cometió la Concertación de Partidos por la Democracia durante tantos años, con el reconocimiento a Palestina, que se materializó luego de 20 años de gobiernos democráticos que no fueron capaces de dar el paso, durante el primer gobierno de derecha, pos dictadura.
Por lo mismo, hago votos por que la República Árabe Saharaui no deba esperar al próximo gobierno de derecha en nuestro país para recibir el reconocimiento oficial. Podría pasar demasiado tiempo y tanto los palestinos como los saharauis, ya no pueden esperar.
Soyez le premier à commenter