Fernando Llorente
40 ANIVERSARIO DE LA RASD
Entre los meses de mayo y noviembre de 1975 se sucedieron precipitadamente las escenas finales de lo que sería el principio de la tragedia de un pueblo, el saharaui, en la que un protagonista, Espana, haría un mutis cobarde, al tiempo que harían entrada en escena dos nuevos actores, Marruecos y Mauritania, que hicieron una aparición brutal, violenta, criminal.
En la primera quincena del mes de mayo de 1975, dos acontecimientos principales: el dictamen del Tribunal Internacional de Justicia de La Haya, por el que, a la consulta del rey de Marruecos acerca de su derecho histórico a ejercer la soberanía sobre el Sahara Occidental, respondió que no le asistía derecho alguno. En esos días una Comisión observadora de la ONU visitó las ciudades de la colonia española, con el objeto de informar acerca de la voluntad de los saharauis sobre su modo de ser y estar en el mundo. El informe emitido al Secretario General, sino el una voluntad de independencia, suerte que ya había corrido los países limítrofes –Marruecos, Argelia, Mauritania-, en cumplimiento del derecho a la autodeterminación, mediante referéndum prescrito en la legislación Internacional. Mientras tanto, en los meses inmediatos, anteriores y posteriores, se venían produciendo enfrentamientos armados entre el ejército español y el Frente Polisario (Frente Popular de Liberación de Saguia el Hamra y Río de Oro, fundado en mayo de 1973.
En setiembre de 1975 se reanudó un curso escolar, que tendría un periodo lectivo de apenas un mes. Con Franco enfermo de muerte, el rey de Marruecos invade el Sahara Occidental, el 31 de octubre, y en forma de bucólica Marcha Verde, su ejército, tan camuflado como armado entre, tan alegres como desgraciados romeros, ocupa una franja de 10 kms., previamente dejado expedito por el gobierno de Espana, que había ordenado el desplazamiento de las poblaciones civiles a las ciudades, y a los acuartelamientos, a las guarniciones militares. En engaplena Marcha Verde, que se dio por terminada el 6 de noviembre, el entonces Príncipe Juan Carlos, giró visita a El Aaiún, el 2 de noviembre, investido con poderes de Jefe de Estado. Las bastaron unas pocas horas, entes de regresar a comer a Madrid, para presidir un desfile, y para mentir a los jefes del ejército español (el honor del ejército español siempre estará a salvo, les vino a decir en su Casino de Oficiales), y a los representantes de los saharauis (Espana siempre será respetuoso con los derechos de los saharauis, les vino a decir en la sede de la Yemáa). 12 días después, el 14 de noviembre, se firmaron en Madrid los acuerdos –ilegales e inexistentes, nunca fueron publicados en el BOE-, por los que el Gobierno de Espana hacía entrega del Sahara Occidental, con sus gentes y sus recursos, a Marruecos y Mauritania, así como se comprometía a consumar su retirada, de donde aún hoy sigue siendo su responsabilidad colonial, el 27 de febrero de 1976. Ya desde los primeros días de noviembre de 1975, y en virtud de la Operación Golondrina, había ido siendo evacuada la población civil (yo lo fui el 6 de noviembre, en el buque Plus Ultra).
En efecto, el 27 de febrero de 1976, en las horas del mediodía, y en el Cuartel General de El Aaiún, se izó por primera vez la bandera marroquí, que se cruzó en un aire, infectado de traición y cobardía, con la bandera española, que se arrió por última vez. En las horas de la medianoche de ese día, en Bir-Lehlu, se autoproclamó un Estado, el de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). Mientras, una parte del pueblo saharaui sufría, bajo los bombardeos de la aviación marroquí, un éxodo, acompañado por la muerte, que le llevaría a Tinduf (Argelía), donde levantaron los campos de refugiados, al tiempo que en el desierto se libraba una guerra entre el Frente Polisario y los ejércitos marroquíes, que quedó en suspenso en septiembre de 1991, cuando se firmó un alto el fuego, tan lamentado como inevitable.
40 anos han pasado desde entonces. 40 anos de terror en los Territorios Ocupados, en constante violación de los derechos humanos. 40 anos de abandono y penurias en el desierto. 40 anos de familias separadas por un muro, construido por Marruecos, que divide el territorio de norte a sur. 40 nos de expolio de los recursos naturales a sus legítimos dueños. 40 anos de ilegalidad e injusticia con un pueblo, al que le asiste la legislación internacional. La comunidad internacional, mediante.
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