En Nueva York, el hecho de que el primer ministro marroquí Abdelilah Benkirane, no fue recibido por ningún jefe de estado importante es inquietante dada la ausencia de Marruecos de las cumbres recientemente celebradas en países conocidos como aliados de Rabat en Occidente y en el mundo árabe, comentó el miércoles el diario Alifpost en su edición en francés.
Según Alifpost, “para llenar el vacío diplomático, el ministro de Relaciones Exteriores Salaheddine Mezouar hizo todo lo posible para salvar los muebles. Así, multiplicó los encuentros con los ministros de Relaciones Exteriores de algunos pequeños estados, que tienen pocos intereses comunes con Marruecos, o de países relativamente influyentes como Argentina. Durante estas reuniones, expone los puntos de vista de Marruecos sobre el conflicto del Sáhara y las cuestiones internacionales, tales como la lucha contra el terrorismo”.
« A pesar del tono audaz del discurso real en la ONU sobre el desarrollo duradero, y a pesar de las críticas dirigente al Occidente “colonialista”, el discurso tuvo poco impacto político y mediático a nivel internacional, a cause de la ausencia del rey”, escribe la misma fuente.
Y parece ser que el incidente de la anulación del viaje del rey tuvo una humillación doble. Por una parte, la infringida al rey Mohamed VI por Ban Ki-moon cuando se negó a cogerle la mano al soberano alauita en su juego contra la legalidad internacional, y por otra, la infringida por Mohamed VI a la propia delegación que le acompañaba que ya estaba a bordo del avión dispuesto a despegar cuando llegó la orden de retirada sin ninguna explicación.
Lo peor es que los suplentes de su majestad en Nueva York no encontraron la ocasión de hacer una foto con una personalidad relevante.
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