Conforme se acerca la fecha de la gira en la región del Enviado Personal del Secretario General de la ONU para el Sáhara Occidental, Christopher Ross, las autoridades marroquíes aprietan sobre el acelerador de la presión sobre las costas españolas que vieron en estos días la mayor oleada de inmigrantes desde 2006. Un hecho que pone en dudas la supuesta luna de miel que viven las relaciones entre Marruecos y España.
Los españoles constataron una amarga realidad: Rabat disminuyó la vigilancia en sus costas para permitir el paso de los subsaharianos hacia las costas españolas.
Lo que El País llama “permisividad de Marruecos”, las autoridades marroquíes lo llaman “disfunciones”, pero la situación la valla de Melilla no deja lugar a dudas de que se trata de una ofensiva política marroquí que tiene como objetivo resaltar la existencia de un problema cuya solución depende de la colaboración marroquí.
Desde hace días la opinión pública ya ponía en cuestión la veracidad de lo que se decía sobre las relaciones entre España y Marruecos con motivo de la visita del Rey Felipe VI al país vecino
Al final, el homenaje que el soberano español rindió a Hasán II no sirvió para nada. La avalancha de subsaharianos lo demuestra así como la larga espera de la entrada en vigor del acuerdo pesquero que hasta ahora sigue sin publicarse en el Boletín Oficial de Marruecos.
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