Marruecos es el primer exportador de fosfato a nivel mundial. Y el fosfato saharaui contribuye a que su posición sea predominantes, a través de la mina de Boucraa, en el Sahara Occidental. El Parlamento marroquí acaba de articular un proyecto en el que se ha acordado colaboración con Francia para « el uso pacífico de la energía nuclear », a través de la explotación del uranio y los fosfatos.
Fuente: Oficcine Chérifien de Phosphates. Datos de 2012.
La exportación de fosfatos y derivados del mineral supone para Marruecos una las patas más sólidas de su economía y la que ha hecho, junto a otras como el turismo, sus emigrantes o la ocupación del Sahara Occidental que la economía marroquí tenga lustre e influencia en el norte de África. Y también en el mercado mundial de la alimentación ¿Cómo? El fósfato, a través del fósforo, es fundamental para los fertilizantes que se comercializan en medio mundo.
Y además del fósforo, ahora el Parlamento marroquí ha articulado un proyecto con el que se pretende exportar también uranio y derivados del mismo. El parlamento ordenará al Gobierno -que no se opondrá- firmar un acuerdo con Francia de « colaboración en el uso pacífico de la energía nuclear », que precisa de uranio. Desde el Gobierno marroquí se dijo a los medios de comunicación locales que « es una oportunidad para fortalecer los lazos entre Marruecos y Francia », lazos que han permitido al país marroquí continuar más de 30 años después en el Sahara Occidental, beneficiándose, entre otras cuestiones del fosfato que se extrae en una de las minas, la de Boucraa. En esta mina es en la que menos se ha reservado la explotación.
El año en el que se prevé obtener uranio para exportar, según el ejecutivo que preside Abdelilah Benikrán, es en 2015, cuando comenzará a comercializarlo según sus estimaciones. La exportación de uranio sería el último éxito de Office Chérifien de Phosphates, la empresa nacional marroquí fundada en 1920 para gestionar los recursos minerales vinculados al fosfato y su transformación. Empresa muy poderosa dentro del Reino de Marruecos está comandada por Mustapha Terrab, ingeniero que ha desempeñado cargos en el Banco Mundial (dirigiendo el programa infoDev / programa de información para el desarrollo), ha trabajado para el Gobierno de Estados Unidos, diferentes empresas privadas, ha sido asesor del Consejo Real de Rabat o Director General de Telecomunicaciones del Gobierno marroquí. Un político de perfil disimulado con una exitosa carrera económica y política y considerado uno de los hombres más influyentes de Marruecos.
El calculo del sector es que entre China y Marruecos (y el Sahara Occidental) controlen cerca del 60% del mercado mundial del fósforo, derivado del fosfato. Además, se puede encontrar en Sudáfrica, Jordania y Estados Unidos. El fósforo, junto al nitrógeno y el potasio son elementales para las producciones agrícolas y la demanda de comida y de materia para biocombustible han hecho que el sector siga reverdeciendo las cuentas de las empresas que lo gestionan la absoluta mayoría del derivado en el mercado mundial, que son tres transnacionales, entre las que se encuentra la OCP marroquí. Además de la OCP, Cargill, alimentaria con base en Estados Unidos y fundada en 1865, que en en 2009 fue expropiada en Venezuela. Según la información que suministra la empresa -convertida a fondo de inversión libre- da empleo a más de 150.000 personas. Es una multinacional implantada en todos los continentes y con negocios de creación de alimentos en 10 países africanos. La tercera empresa en el baile de cifras es Corp Potash, corporación canadiense líder en la generación de potasio mundial y tercera en la comercialización del fósforo. Entre las tres reservan el control del fosfato.
Y entre ese cártel de empresas poderosas está la OCP de Marruecos con un influyente control político, que en ocasiones ha puesto sobre la mesa de la diplomacia para no dejar torcer sus deseos de expansión hacia el sur que obligan a la ocupación del Sahara Occidental, contraria, en cualquier caso, al derecho internacional. Los expertos en agroalimentaria no tienen duda que asegurar la alimentación en el mundo, así como el suministro del agua dependerá, entre otras cosas, del fósforo, como se ha dicho, un elemento que se encuentra en el fosfato. La capacidad de exportación marroquí se estima en 19 millones de toneladas al año.
Guinguinbali, 10/01/2014
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