Se trata de dos opiniones que la comisión europarlamentaria competente, la de Pesca, puede tener en cuenta para preparar la posición que el pleno de la Eurocámara debe someter a votación. La agenda prevé el voto del pleno antes de que acabe el año, en el mes de diciembre, aunque no está claro que se pueda cumplir el calendario, explican fuentes europeas.
Entre los principales obstáculos que este acuerdo ha encontrado entre los eurodiputados está el de las dudas que los servicios jurídicos del Parlamento Europeo mostraron respecto a que el acuerdo respete los derechos de la población del Sáhara occidental, que reclama que sus aguas sean excluidas del pacto.
La posición en contra que ha votado la comisión de Desarrollo también apunta que la evaluación del acuerdo realizada por una consultora externa ha sido « una de las evaluaciones más negativas jamás llevadas a cabo en lo que respecta a acuerdos bilaterales de pesca ». El acuerdo, además, « registra el nivel de relación coste/beneficio más bajo de todos los acuerdos », añade el texto de la comisión europarlamentaria, que también pone en duda un efecto positivo en el sector del país magrebí.
« UE recibe 0,65 euros por cada euro invertido (en comparación con un promedio de 1,4 euros para los demás acuerdos). Ello incluye 780 puestos de trabajo de la UE, lo que significa que la UE subvenciona cada puesto con 45.000 euros », argumenta el texto de los eurodiputados.
Los países de la UE han acordado prorrogar el actual acuerdo pesquero con Marruecos hasta febrero de 2012, aunque esta prórroga todavía necesita el consentimiento de la Eurocámara, que por el momento bloquea la decisión. Aún así, los barcos europeos pueden seguir faenando en las aguas que gestiona Marruecos gracias a un pacto provisional entre Bruselas y Rabat.
El régimen actual concede 119 licencias a la flota comunitaria –de las que un centenar son para España, sobre todo para barcos andaluces y canarios– a cambio de una compensación de 36,1 millones de euros anuales.
Con la ampliación provisional, la comisaria de Pesca, Maria Damanaki, pretende ganar tiempo para estudiar « a fondo » la información proporcionada por Rabat sobre el impacto regional del acuerdo en vigor, es decir, si beneficia a la población local del Sáhara occidental y si se cumplen los criterios de pesca sostenible, antes de redactar otra propuesta para negociar las condiciones de un nuevo acuerdo « a largo plazo », más allá de 2012.
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