La ministra de Asuntos Exteriores ha ido a Marruecos. Con los datos legales y políticos en la mano se puede decir, objetivamente, que esta visita es un fracaso. Después de haber traicionado a los saharauis y despreciado a los argelinos, el gobierno de Rodríguez Zapatero ha fracasado en aquello en lo que más presumía, las relaciones con Marruecos que, según su ex-ministro Moratinos Cuyaubé iban muy bien.
I. LOS DOS ÚLTIMOS ENCUENTROS BILATERALES DE LOS MINISTROS DE EXTERIORES DE ESPAÑA Y MARRUECOS
Para situar la cuestión en su debido contexto, conviene hacer un poco de historia acerca de los dos últimos encuentros bilaterales de los ministros de Exteriores de España y Marruecos.
El día 25 de octubre de 2011, casi 12 meses después, Trinidad Jiménez García-Herrera viaja a Rabat y se entrevista con su homólogo y con el primer ministro marroquí. Allí,
velando su larga cabellera, ofreció una ofrenda floral en el mausoleo del criminal Hassán II, al tiempo que loaba sin pudor al régimen autocrático de la dinastía alauita y sus supuestas « reformas » y apoyaba los planes anexionistas ilegales de Marruecos sobre el Sahara Occidental.
II. LA RELACIÓN DEL GOBIERNO RODRÍGUEZ CON MARRUECOS: UN FRACASO JURÍDICO
P. Marruecos y España han celebrado el 4 de julio último el 20 aniversario de la firma del tratado de amistad, cooperación y buena vecindad. Veinte años después: ¿cómo están las relaciones entre los dos países?
R. Debo mencionar que yo he redactado una decena de artículos de este tratado en el hotel Hilton de Rabat en 1991. Yo era en esa época subdirector general para Africa del Norte. Guardo un muy buen recuerdo de estas negociaciones. Estoy orgulloso de este tratado. (…)
Se puede decir con mucho orgullo que el tratado de amistad, buena vecindad y cooperación marcha bien.
El artículo 1.2 del capítulo Primero de este tratado dice:
Las Altas Partes Contratantes, deseosas de reforzar y potenciar los lazos que las unen, se proponen establecer un marco de contactos políticos bilaterales más acorde con el nivel de cooperación y concertación al que aspiran. A tal efecto, acuerdan institucionalizar lo siguiente:
(…)
2. Reunión semestral, en España y Marruecos alternativamente, de los Ministros de Asuntos Exteriores de ambos países
Ya sabemos que Trinidad Jiménez García-Herrera tiene
un cierto dominio de las matemáticas, pero parece que nadie puede discutir que « reunión semestral » significa reunión cada SEIS meses.
Y ocurre que entre la última reunión bilateral y la actual han pasado casi DOCE meses.
La cuestión, por tanto, es muy simple.
Si fuera verdad que las relaciones de España y Marruecos fueran tan buenas, ¿por qué no se ha respetado lo dispuesto en el tratado de « amistad, cooperación y buena vecindad »?
Es un hecho, objetivo, que desde el punto de vista jurídico, la política exterior de Rodríguez y Moratinos, continuada sumisa y entusiásticamente por Jiménez, ha sido un fracaso total.
III. LA RELACIÓN DEL GOBIERNO RODRÍGUEZ CON MARRUECOS: UN FRACASO POLÍTICO
Cualquiera que conozca el sistema marroquí, y sin duda, el Embajador de España en Marruecos lo conoce, sabe que el único poder que existe allí es el del rey. Y que la política exterior es algo que decide el rey en persona. Fassi-Fihri no es más que un entusiasta ejecutor que procura, eso sí, añadir dosis extra de anti-hispanidad a la ya bastante hispanófoba política del majzen.
Precisamente por eso, el « test » para saber cuando de verdad hay una buena relación con Marruecos (y « buena » es LO CONTRARIO de « sumisa ») es cuando el rey se entrevista con el visitante.
Mohamed VI despreció a Moratinos y no le concedió ni una sola entrevista en los últimos años en que éste fue ministro. Bien es cierto que a Moratinos no le ha importado y sus elogios hacia el régimen alauita son directamente proporcionales al desprecio que ese régimen le ha mostrado.
La magnitud del desprecio se halla en esta clave: Mohamed VI cuando le interesó, recibió a Trinidad Jiménez García-Herrera, con su larga cabellera, cuando Trinidad no tenía ninguna responsabilidad oficial. Fue en la vergonzosa
visita a Mohamed VI que Jiménez hizo junto a Rodríguez en diciembre de 2001. Recordemos que en octubre de 2001, Mohamed VI retiró a su embajador en España porque el gobierno de España (de Aznar) se negó a apoyar en la ONU un plan de « autonomía » para el Sahara Occidental. Rodríguez y Jiménez, en lugar de apoyar al gobierno de España se fueron a pactar Dios sabe qué con Mohamed VI.
Quizás porque Mohamed VI no la recibió, Trinidad fue al mausoleo, para ser « recibida » por Hassán II.
IV. LECCIONES QUE NO SE DEBEN OLVIDAR
Los medios « progresistas », en especial los cercanos al « felipismo » machacaban a la opinión pública con la idea de que las relaciones de España y Marruecos eran « malísimas » en la época de Aznar.
Sin embargo, cuatro meses antes de dejar el poder, en diciembre de 2003, Mohamed VI recibió a Aznar en la cumbre de Marrakech, y los ministros de Exteriores de Aznar (Ana Palacio, Josep Piqué) eran recibidos por el autócrata alauita.
Sólo una España que se haga respetar, será respetada.
Y ese respeto, empieza, por cierto, por cumplir el compromiso que España asumió en su día: celebrar un referéndum de autodeterminación en el Sahara Occidental.
NOTA:
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