Nada es gratuito, todo se compra y se vende, no necesariamente en metálicos sonantes, pero a menudo en servicios devueltos, en seguros a todo riesgo. Chantaje u operación de seducción, lo que cuenta, en resumidas cuentas, es el resultado. La nueva palabra de orden es el pragmatismo en estos tiempos de crisis.
La política de donante-donante siempre fue el pilar esencial de la diplomacia marroquí. En la época de la guerra fría, Marruecos permitió la instalación sobre su suelo de bases militares contra el apoyo de Estados Unidos en su esfuerzo de guerra contra el Frente Polisario, haciendo de Marruecos el único país africano, además de África del Sur del Apartheid, a ser integrado en la estrategia militar frontal del Oeste contra el Este.
Ante la falta de argumentos para justificar y ganar la batalla diplomática del Sáhara, el apoyo de su ocupación de la antigua colonia espaňola era una condición sine qua non para quien quiera negociar con Rabat. Hasta la Unión Europea ha estado sometida a esta condición. Si la UE le ofrecía uno » paquete económico » y la participación en el Mercado Interior, comprendiendo la participación a ciertas políticas de la UE y la extensión de las libertades de circulación (servicios, mercancías, capitales y personas – a cambio de uno » paquete democrático « , es decir de un compromiso sobre valores comunes de buena gobernanza, de respeto de los derechos humanos y del derecho internacional, y sobre medidas de arreglo de los conflictos, en cuanto a Sáhara Occidental, la UE debió aceptar el estatuto avanzado para Marruecos violando el derecho internacional con sus barcos de pesca que practican en las costas saharauis y adoptando el silencio en lo que concierne a la cuestión de los derechos humanos en los territorios ocupados de Sáhara. La razón de la sumisión europea son los servicios ofrecidos por Marruecos.
La disponibilidad marroquí les ha sido afirmada con la persecución de los emigrantes clandestinos con, por parte marroquí, una brutalidad denunciada por numerosas ONG de defensa de los derechos humanos. En el marco de la Europa fortaleza, se han instalado centros en las fronteras de Marruecos.
El reino cherifiano no tiene la ventaja del petróleo, pero dispone de otras cartas, la principal de ellas es el apoyo de los grandes patronos franceses y amigos de N. Sarkozy, cuyas empresas están bien implantadas en Marruecos (Bouygues, Accor, Dassault) que mantienen lazos que aseguran la perennidad de las relaciones tradicionales franco-marroquíes. Francia, que vela por mantenerse en Marruecos a través de esta política de donante-donante, es su principal sostén hasta el punto de impedir el Consejo de Seguridad de extender las c ompetencias de la MINURSO (Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum en Sáhara Occidental) para velar sobre el respeto de los derechos humanos en esta colonia de África.
Marruecos ya había dado pruebas de su buena colaboración aceptando que los aviones de la CIA hagan escala en su suelo para interrogatorios violentos paracticados sobre presos extranjeros sospechados de terrorismo a cambio del apoyo de la administración de Bush a su plan de autonomía. Pero esto no funcionó cuando la Casa Blanca había creado el AFRICOM y previsto varios países para instalarlo. Ciertos países, como Argelia y África del Sur, se negaron a ello, mientras que según fuentes americanas, Marruecos se había presentado como voluntario contra un apoyo a su plan para el Sáhara.
El régimen de Rabat demostró que se ha vuelto ineludible a fuerza de chantaje y a fuerza de obstinación. Su insolencia, propia de todo poder totalitario, le permite ganar el silencio de las supuestas democracias occidentales sobre la represión del pueblo saharaui y su negativa a acogerse a la legalidad internacional en este conflicto que dura desde hace 34 años.
Esta política de trueque se hizo moneda corriente en los tiempos presentes. Ha sido denunciada por numerosas ONG y partidos políticos en el mundo. Libia acaba de poner al desnudo públicamente esta política creando una crisis política sin precedentes en Gran Bretaña. La liberación controvertida de Al-Megrahi ilustra el conflicto histórico entre los intereses nacionales y los valores.
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